sábado, 26 de julio de 2014

Arganda del Rey

Bonita etapa la del sábado.

Tocaba madrugar un poco ya que se preveía mucho calor y así fue. Así que a las 9 estábamos dispuestos para salir, como habíamos quedado. ¿Os lo creéis? CLARO QUE NO !!!. Al final salimos a las 9:30 porque Dani, como no, se retrasó un poco. Aun con esas, era una buena hora para salir, antes era demasiado madrugón hasta llegar a Arganda.

Como de costumbre, la salida ya era cuesta arriba desde que salimos de Arganda, callejeando un poco. Después nos esperaba un tramo muy divertido y en el que poder practicar un poco la técnica de subida. No era mucha la pendiente, pero el terreno era una senda con mucha arena, piedras y baches que requerían bastante concentración. Se hizo un poco largo, pero al final aparecimos en Campo Real. Y no finalizó la subida hasta que no salimos del pueblo hasta alcanzar el páramo. Allí nos esperaba una pista en muy buen estado y algún tramo de carretera sin ningún tráfico.

Dani me advertía de un sonido extraño en la parte trasera de mi bici. Yo le decía que tengo muy buen oído para la bici y no sentía nada raro. Al final resulto ser su rueda delantera, que no es que estuviera un poco frenada, era lo siguiente. El tío se chupo toda la cuesta arriba con la rueda super frenada. No daba ni una vuelta completa en el aire sin pararse !!!. Tiene buenas piernas el chaval...

Una vez finalizado el tramo de páramo, tocaba bajar hasta Villar del Olmo. La bajada era bastante peliaguda, no por la anchura de la carretera, sino por su estado. Para qué nos vamos a engañar, prácticamente estaba claro que Dani se iba a caer, pero no fue así. Y eso que se llevo un buen susto, que bien pensé que se iba al suelo. Aquí hicimos una parada técnica en la fuente de la plaza. Allí estaba toda la juventud del pueblo, acumulando trienios. Y el que menos, tenía 18 trienios. No digo más.
 
Al fondo, reunión de Subtenientes.
Desde Villar del Olmo, un tramo de camino con mucha maleza y otro de carretera hasta Ambite, donde empezaba la vía verde del Tajuña que no dejaríamos hasta el final de la ruta en Arganda.

La vía no tiene pérdida. Pica siempre un poco hacia abajo y se rueda con facilidad. No obstante, con viento, puede ser muy diferente. Así, se devoran los kilómetros pasando por Orusco, Carabaña, Tielmes, Perales y se llega a Morata. Durante todo este trayecto se va siguiendo el valle que forma el rio Tajuña, lo que garantiza la ausencia de desnivel. Cómo el camino era una antigua vía de tren minero, no hay grandes pendientes. Esta vía está señalizada como camino de Santiago. Es el camino desde el Monasterio de Uclés, cuna de la Orden de los Caballeros de Santiago, hasta o desde Madrid. Mas información aquí.

Pero desde Morata, el camino se inclina hacia arriba en una subida tendida que permite que cada uno marque su ritmo y lo pueda mantener. Es de pendiente casi constante y las vistas desde arriba son muy bonitas. De hecho hay un par de miradores en los que descansar y contemplar el paisaje. Eso sí, en épocas de poco calor, porque no hay ni una sombra, y así no hay quién pare a ver nada. Durante la subida, se atraviesan bastantes viaductos y trincheras por las que iba el tren y es muy agradable a la vista.

La bala pucelana
Una vez alcanzado la cota, el camino se hace a tumba abierta, con una buena bajada en la que no se circula por debajo de 35 km/h prácticamente hasta Arganda, dejando un gran sabor de boca.

En definitiva, una ruta un poco larga pero muy asequible, sin grandes pendientes y cómoda al pedaleo.

Nosotros fuimos en coche, pero se puede ir en metro ya que comenzamos y finalizamos en el aparcamiento de la estación de metro de Arganda.

Como no, tocaba hidratarse en el primer bar que había a tiro. Justo enfrente del coche, vamos.


PD: ruta limpia, sin caídas, lo que es una noticia de alcance mientras este Dani pedaleando.

Track: track




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